Uso de herramientas digitales para mejorar la lectura en los estudiantes
Si tuviéramos que mencionar uno de los dilemas más grandes a los que la educación se enfrenta en materia de lectura, sin duda este sería uno de los principales: ¿los materiales digitales realmente contribuyen al mejoramiento de la competencia lectora de los estudiantes o pueden ser contraproducentes?
Si tuviéramos que mencionar uno de los dilemas más grandes a los que la educación se enfrenta en materia de lectura, sin duda este sería uno de los principales: ¿los materiales digitales realmente contribuyen al mejoramiento de la competencia lectora de los estudiantes o pueden ser contraproducentes?
Al respecto, la respuesta a esta pregunta no es sencilla, a tal grado que, como lo indica el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlac), ¡incluso los investigadores parecen no ponerse de acuerdo! Mientras que algunos argumentan cierta equivalencia entre formatos impresos y digitales, otros se decantan hacia las ventajas de los materiales impresos, principalmente en comprensión lectora.
En este sentido, estamos seguros de que los defensores del papel tienen un gran punto, pues no podemos negar que éste tiene su propia magia. Pero lo cierto es que los formatos digitales tienen múltiples ventajas, entre ellas: el acceso a contenido interactivo y actividades que enriquecen la lectura, la posibilidad de ajustar el tamaño de la letra y el espaciado según las necesidades individuales, la posibilidad de encontrar de inmediato el significado de alguna palabra desconocida, entre muchas otras.
Sin embargo, lo anterior no está exento de dificultades, ya que enfrentarnos al gran repertorio de recursos digitales que existen hoy en día puede hacernos sentir abrumados. ¿Cuál elegir? ¿Cuál será el mejor para apoyar la lectura de los estudiantes? Para hacer una buena elección, es primordial identificar qué problema presentan estos chicos. Algunos de los más comunes son:
Poco interés en la lectura
En ocasiones, la falta de comprensión se debe a textos que les resultan poco atractivos. De esta manera, ayudarles a encontrar algo de su interés es fundamental. Para ello existen sitios como Epic Reads o el popular Goodreads. Estos sitios no solo contienen sugerencias y filtros que facilitan la búsqueda, sino que invitan a la socialización de la lectura mediante reseñas, clubes de lectura o grupos de discusión. Al crear una red de lectores, se afianza el compromiso y, por lo tanto, es posible tener una mejor experiencia lectora.
Distracciones por todas partes
La sensación de monotonía
Como habrás notado, los podcasts se erigen como un gran complemento de la lectura, en gran parte por romper con la sensación lineal que puede tener un texto; es decir, rompen con la monotonía. Otra forma de hacerlo es aprovechando la gran oferta editorial que el mercado tiene hoy en día, y es que, aunque los clásicos de la literatura son invaluables, limitarnos a un solo género puede provocar cierta pesadez. Así pues, ¡la tecnología es nuestra aliada! Una buena búsqueda en Google te ayudará a encontrar variedad: cómics, blogs, ciberliteratura y mucho más.
Escasa retención
Como consecuencia de lo mencionado hasta ahora: el desinterés, las distracciones y la monotonía, entre otras cosas, es común que los estudiantes lean un texto pero, al momento de dialogar o resolver una prueba, ¡no recuerdan nada! Esto se relaciona con qué tan significativa es una lectura para ellos. Por ejemplo, todos recordamos sucesos que nos han marcado pero difícilmente podemos recordar cómo integrar una derivada implícita, ¿cierto?
Por tanto, una forma de mejorar la retención es involucrándolos en el tema en cuestión. Es aquí cuando cobra sentido un concepto que se ha popularizado cada vez más en educación: los prosumidores, es decir, actualmente los estudiantes no se conforman con el consumo de contenidos, sino que se convierten también en creadores, editores, críticos, distribuidores y muchos roles más, tal como se señala en el artículo Del consumidor al prosumidor en la era de la ubicuidad.
Por consiguiente, hay plataformas que tal vez conoces y pueden servirte como recurso de apoyo, tales como Wattpad, que les invita a crear y compartir sus propias historias; o la comunidad de Booktubers, quienes pueden inspirarlos para crear su propio contenido y generar una comunidad virtual.
Para finalizar, resumamos los puntos abordados en este artículo, donde hemos enfatizado que las herramientas digitales pueden ser grandes aliadas no solo para el mejoramiento de competencias lectoras, sino también para generar interés y vínculos positivos con la lectura. Para lograrlo, es esencial reconocer qué problemas presentan nuestros estudiantes y así determinar los medios para contrarrestarlos. Pero, más allá de los miles de recursos y estrategias a los que podemos acudir, hay algo irremplazable y prioritario: nuestro papel activo como padres o educadores y las actitudes y prácticas que nosotros mismos transmitimos.
Referencias
- CERLAC (2020). ¿Cómo aprenden los niños a leer en el mundo digital? En Lectura en papel Vs. lectura en pantalla.
- Edutopia (2021). Digital Tools to Support Choice Reading.
- Uasapud, G. (2022). Del consumidor al prosumidor en la sociedad de la ubicuidad. Revista Universitaria de Informática.